Beneficio de la bipedestación en edades tempranas

Beneficio de la bipedestación en edades tempranas

Si hablamos del desarrollo evolutivo esperado y habitual, a los 9 o 10 meses los bebés son capaces de ponerse de pie por sí mismos, propulsándose con sus brazos. Progresivamente van mejorando sus habilidades hasta llegar a una marcha autónoma entre los 12 y los 18 meses, según sus experiencias previas.

Pero ¿qué podemos hacer si nuestro bebé tiene entre 10-12 meses y todavía no se ha puesto de pie? Independientemente de su desarrollo motor hasta este momento, se debe favorecer la correcta bipedestación, siempre de una forma segura (es necesario conocer el desarrollo y la evolución de sus caderas para realizar esta actividad).

Durante estos meses es muy importante la correcta remodelación ósea de la cadera. Ésta se consigue a través de la carga de peso y la activación muscular alrededor de la pelvis.

Por esto, la bipedestación es clave para evitar alteraciones motoras en el desarrollo infantil en caso de lesiones neurológicas o discapacidad física.

Dentro de los beneficios de la bipedestación encontramos:

Facilita la respiración y la emisión vocal

Cuando nos ponemos de pie, el diafragma tiene más espacio para expandirse y contraerse, lo que significa que la respiración resulta más efectiva. Además, estar de pie facilita la vocalización y el control de la voz.

Mejora la circulación y la presión arterial

Una circulación sanguínea efectiva está íntimamente relacionada con la respiración. La bipedestación mejora la presión arterial, el ritmo cardíaco, la circulación, y reduce la hipotensión ortostática y el edema en piernas y pies.

Facilita la digestión, la función intestinal y la vesical

Mediante la combinación de gravedad y de activación de los músculos del sistema digestivo. Los estudios respaldan estas hipótesis ya que han probado una mejoría del tránsito intestinal y una regularidad en el vaciado urinario.

Incrementa la densidad ósea y reduce el riesgo de fracturas

El desarrollo fisiológico del hueso necesita una combinación de buena nutrición, soporte de peso mediante la marcha o la bipedestación y el uso de las cadenas musculares. Los estudios científicos demuestran que la bipedestación mejora la densidad ósea de la pelvis y huesos de las extremidades inferiores en niños con patologías como parálisis cerebral, distrofia muscular, espina bífida o lesión medular.

Estira la musculatura, previniendo los acortamientos musculares

La investigación demuestra que los programas de bipedestación, si son mantenidos, mejoran la amplitud de los músculos isquiotibiales, el rango de movilidad articular y reduce la espasticidad. La bipedestación también mejora la propiocepción articular y muscular, mejora la resistencia y regula el tono muscular.

Evita los daños en la piel derivados de permanecer sentado durante mucho tiempo

La bipedestación mejora la respiración y la circulación de una sangre más oxigenada. Por tanto, reduce el riesgo de úlceras por presión y mejora la integridad de los tejidos que sostienen la carga en sedestación.

Optimiza la formación de la articulación de la cadera en el desarrollo temprano

Los niños que bipedestan durante el desarrollo fisiológico de la cadera a los 12-16 meses tienen un desarrollo adecuado del acetábulo y cabeza de fémur, previniendo la subluxación de la cadera. La bipedestación temprana también facilita en el niño las transferencias futuras.

Permite que el niño interactúe con sus compañeros cara a cara

La interacción cara a cara mejora la confianza, la autoestima y el autoconcepto del niño, ya que descubrirá que puede lograr sus objetivos de la misma manera que sus compañeros. La posición erguida elimina el miedo a caerse y permite que el niño dedique su atención al aprendizaje e interacción social.

Mejora el bienestar general, la atención y los patrones del sueño.

Los estudios demuestran la mejora en el sueño, disminución del cansancio, mejora en la atención y en el bienestar como resultado del uso regular de la bipedestación. En bipedestación, es posible controlar mejor los reflejos primitivos, por lo que la organización sensorial, la comodidad, la energía y la atención mejoran significativamente.

Por todos los beneficios anteriormente mencionados expertos recomiendan empezar la bipedestación desde los 9-10 meses, es importante conocer las características del niño/a e involucrar a la familia e iniciar con un programa de bipedestación, en caso que requiera asistencia se recomienda el uso de una ayuda técnica como son los Bipedestadores infantiles ortesis o equipos adaptados para conseguir la posición vertical que le permite al niño estar de pie durante un tiempo determinado.