Los problemas de movilidad asociados con la enfermedad de Alzheimer
31 de marzo, 2023, por María Inés Seyler
La enfermedad de Alzheimer es una afección neurológica progresiva que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. A medida que la enfermedad va avanzando, las personas que sufren de esta afección pueden experimentar una serie de problemas de movilidad haciendo que sus actividades diarias se hagan más difíciles de ejecutar.
Uno de los problemas principales asociados con esta enfermedad son la alteración del equilibrio y la marcha. Al afectar la capacidad del cerebro que controla el movimiento, las personas que sufren de Alzheimer pueden tener dificultades de estabilidad y coordinación. Esto último aumenta el riesgo de caídas y otros accidentes, pudiendo causar lesiones graves y reduciendo como consecuencia aún más la movilidad.
Además de los trastornos del equilibrio y la marcha, las personas con Alzheimer pueden experimentar debilidad muscular y rigidez. Esto puede dificultar la ejecución de actividades que requieran esfuerzo, como levantar objetos o pararse de una silla. Otro síntoma de la enfermedad es el dolor en las articulaciones, reduciendo aún más la movilidad y aumentando el riesgo de caídas.
A medida que la enfermedad avanza, las personas pueden experimentar cambios en la postura y la marcha. Comienzan a caminar más lentamente y con una marcha arrastrada, aumentando el riesgo de tropezar y caerse. También pueden tener dificultades con tareas que requieren que se den vuelta o cambien de dirección, como navegar por una habitación llena de gente o salir de un automóvil.
Sumado a estos problemas de movilidad física, esta enfermedad también puede afectar la parte emocional y cognitiva del paciente. A medida que las personas con Alzheimer pierden su capacidad para recordar y procesar información, es más probable que actúen desorientadas y confundidas. Esto puede dificultarles desplazarse en entornos nuevos y realizar tareas diarias, como ir de compras o conducir un automóvil. También pueden volverse más ansiosas o agitadas, reduciendo aún más su movilidad e independencia.
Si bien no existe cura para el Alzheimer, hay formas de manejar y reducir los problemas de movilidad asociados con la enfermedad. La fisioterapia y el ejercicio pueden ayudar a mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación, reduciendo el riesgo de caídas y otros accidentes. Los dispositivos de asistencia, como bastones, andadores y rampas para sillas de ruedas, también pueden ayudar a las personas a mantener su movilidad e independencia.
Es importante proporcionar un entorno seguro y de apoyo para las personas que sufren de esta enfermedad. Esto puede implicar la eliminación de obstáculos que pueden provocar tropiezos en el hogar, la instalación de pasamanos y barras de sujeción, y la provisión de instrucciones claras y sencillas para realizar tareas cotidianas.
En conclusión, el Alzheimer puede causar una variedad de problemas de movilidad que dificultan que las personas se muevan y realicen sus actividades cotidianas. Estos problemas pueden incluir trastornos de equilibrio, problemas de movilidad, debilidad y rigidez muscular, cambios en la postura y la marcha, al igual que problemas cognitivos y emocionales. Con la atención y el apoyo adecuados, es posible manejar estos problemas y ayudar a las personas que sufren de esta enfermedad a mantener su independencia y calidad de vida.